¡¡¡Qué jornada más agotadora!!! aunque ha valido la pena. Hemos visitado el Salón de Manualidades de Bilbao. Mercería creativa, nuevos tejidos, espectaculares colores... y al final de la jornada un delicioso café acompañado de un pastel de fresa y nata para recuperar fuerzas. Si os apatece algún pastelito daos prisa, todavía quedan.